Los EXATEC crearon Apical, startup que fue premiada en marzo en la Copa Mundial de Emprendimiento celebrada en Arabia Saudita
Por Ricardo Treviño | Redacción Nacional CONECTA - 04/04/2023 Fotos Cortesía Ilse Álvarez

Desde pequeño, José Otero escuchaba las charlas de su abuelo, quien era agricultor, sobre los problemas del campo como los desafíos para tener terrenos fértiles y generar buenas cosechas.

Hoy, junto a sus amigas y colegas EXATEC Ilse Álvarez y Mónica Serrano, es cofundador de Apical, una startup que tiene ese objetivo ayudar que las cosechas sean lo más productivas posibles a través del cultivo de microorganismos en el suelo.

Actualmente, su emprendimiento está en fase de idea, pero su potencial lo llevó a ser distinguido en la Copa Mundial de Emprendimiento (EWC, por sus siglas en inglés) en Arabia Saudita en donde Apical Biotech ganó la distinción Runner-Up, el segundo lugar de la categoría Idea Stage.

Los emprendedores se conocieron en el Tec de Monterrey y trabajan juntos desde hace más de 6 años en proyectos relacionados con la agricultura, donde incluso ya han licenciado una tecnología.

Tenían el reto de ayudar a los agricultores a obtener mejores cosechas con el uso de la tierra, por lo que decidieron emprender por su cuenta.

 

(De izq. a der.) Mónica, José e Ilse son los fundadores de Apical, startup que promueve la agricultura regenerativa.
Los EXATEC desarrollaron una startup llamada Apical enfocada en la agricultura regenerativa.

 

Apical: el camino a una agricultura regenerativa

José platicó que, a través de su emprendimiento, apoyan a los agricultores en el cultivo de microorganismos en su propia tierra, reduciendo la adquisición de insumos biológicos y agroquímicos.

“El plan es que sean cientos de diferentes tipos de microorganismos los que se puedan producir de manera personalizada; tanto hongos, como bacterias, que sirvan en fertilización y de protección de las plantas contra patógenos o insectos”, dijo Otero.

Ilse señaló que a partir de la implementación de este sistema, los agricultores podrían reducir hasta 6 veces los costos en la adquisición de bioestimulantes y fertilizantes.

“Comienzan a utilizar menos fertilizantes y plaguicidas, porque los microorganismos ayudan a controlar las enfermedades; al tener un suelo sano se disminuyen mucho las enfermedades en los cultivos”, comentó Ilse.

“También hay gran ahorro en la parte de la logística; reducimos el uso de empaques porque ellos estarían produciendo los estimulantes ahí mismo y de paso toda la contaminación que puede causar la logística a gran escala de productos agroquímicos”, añadió.

 

Los EXATEC han trabajado de la mano con agricultores para conocer los desafíos y las problemáticas que encuentran buscando obtener buenas cosechas.
Los EXATEC han trabajado de la mano con agricultores para conocer los desafíos y las problemáticas que encuentran buscando obtener buenas cosechas.

 

Diseñan tecnología para analizar y regenerar el suelo

A través de bioestimulantes, los agricultores pueden aumentar el rendimiento de sus cosechas, mejorar la retención del agua, disminuir el uso de fertilizantes, pesticidas y plaguicidas; la propuesta de Apical es que ellos los produzcan en sus propias tierras.

Esto se hace a través de un proceso que diseñaron y que consiste principalmente en 3 etapas, explicó Mónica.

“Primero es un análisis genómico del suelo y un estudio para conocer las necesidades del suelo y de nutrición de la planta; luego aislamos del mismo suelo los microorganismos y con ellos desarrollamos una cápsula con condiciones específicas de crecimiento.

“El paso final es instalar un biorreactor dentro del campo para que los agricultores lo puedan utilizar; entonces, les damos el análisis, la cápsula y la máquina. Todo es un proceso de conocimiento del suelo para tomar decisiones correctas en el manejo del cultivo”, dijo Serrano.

Con Apical, es a través del sistema de riego como los agricultores pueden regenerar sus tierras, incluso las que no son fértiles; además, el sistema permitiría acelerar el proceso al aplicar los bioestimulantes de manera continua, por ejemplo, semanalmente.

“Funciona como si fueran cápsulas de café donde el biorreactor sería la máquina (para hacer café); por ejemplo, les damos un litro y de ahí ellos pueden sacar mil. El biorreactor se conecta al sistema de riego que ellos normalmente manejan”, dijo José.

Actualmente, Apical se encuentra en fase de idea y sus fundadores se perfilan hacia el desarrollo de los prototipos que les ayuden a la validación de la tecnología.

 

"Todo es un proceso de conocimiento del suelo para tomar decisiones correctas en el manejo del cultivo”.- Mónica Serrano

 

Los emprendedores desarrollaron su primer proyecto cuando estudiaban el último año de la carrera de Ingeniería en Biotecnología.
Los emprendedores desarrollaron su primer proyecto cuando estudiaban el último año de la carrera de Ingeniería en Biotecnología.

 

Crean primer proyecto siendo estudiantes Tec

Ilse, Mónica y José estudiaban el último año de la Ingeniería en Biotecnología en el Tec de Monterrey campus Monterrey cuando decidieron desarrollar su primer proyecto relacionado a la agricultura.

Los 3 volvían del extranjero: Ilse llegaba de Holanda donde estudió negocios internacionales; José, de Arabia Saudita, tras investigar agricultura regenerativa; y Mónica, de un bootcamp en Silicon Valley por una beca de emprendimiento tras ganar el Premio Frisa.

“Un día nos juntamos en mi casa y, platicando, decidimos emprender. Eso se alineó con diferentes propósitos que teníamos cada quién.

"Por ejemplo, siempre he querido ayudar al mundo, por eso estudié Biotecnología, para obtener herramientas y generar un impacto”, platicó Ilse.

La EXATEC señaló que se enfocaron en la agricultura porque es una actividad primaria que tiene un impacto en muchos sectores; para ellos fue como atacar un problema mayor desde el principio y así impactar en otras áreas, como alimentación y uso de agua, entre otras.

“Inventamos un bioestimulante con la idea de que hubiera más producción en el campo y que el suelo tuviera más vida, con bacterias y hongos buenos para que las plantas sean más sanas y se produzcan más en un proceso 100% orgánico y sustentable”, dijo José.

Desarrollaron el producto luego de un año de investigación y procesos de incubación con CAINTRA y en la incubadora de empresas del Tec, donde Mónica había obtenido una beca por el Premio Frisa; finalmente, lograron licenciar su tecnología a una empresa. 

 

Con su emprendimiento los EXATEC obtuvieron un segundo lugar mundial en la categoría Idea del Entrepreneurship World Cup.
Apical obtuvo el segundo lugar en la categoría Idea en el EWC 2023.

 

Amistad y emprendimiento a escala global

Además de la mancuerna que forjaron como emprendedores, los egresados destacan la amistad que han cultivado desde su llegada a la carrera en el Tec.

“El primer día nos conocimos Moni y yo, en una clase de Orientación; ahí nos hicimos amigas y luego llegó José en tercer semestre, en la clase de Genética, él había hecho un año en Sonora”, platicó Ilse.

“Ya llevamos 10 años como amigos y más de 6 trabajando juntos; hemos sabido cómo balancear la parte de la amistad, el proyecto y nuestros objetivos. Ha sido un camino que ha tenido sus retos, pero que también ha sido muy gratificante recorrerlo juntos”, dijo Mónica.

Recientemente, llevaron su proyecto emprendedor a una escala global; tras obtener en INCmty 2022 su pase al Entrepreneur World Cup, los 3 amigos viajaron a Arabia Saudita donde compitieron con 200 startups y obtuvieron el segundo lugar mundial en la categoría Idea.

"Fue una bendición que pudiéramos estar aquí los 3; fue un gran logro como equipo", comentó Ilse tras la competencia, “para nosotros es una validación global de la idea que tenemos y nos da un plus de la confianza que tenemos en el proyecto”.

Con ese triunfo, los EXATEC obtuvieron recursos y contactos expertos que les pueden ser de ayuda en su objetivo de validar su tecnología y buscar impactar la agricultura global con Apical.

“El Tec nos dio la oportunidad de conocernos y converger; también, herramientas de la parte de ingeniería y de biotech que sí hemos utilizado, intercambios y la beca de Silicon Valley, y muchas conexiones y aprendizajes como emprendedores en la incubadora del Tec”, concluyó Ilse.

 


“Para nosotros es una validación global de la idea que tenemos y nos da un plus de la confianza que tenemos en el proyecto”.- Ilse Álvarez

 

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