Luz María Martínez, docente investigadora del Tec, es además profesora adjunta de la Rice University, en el departamento de Química.
Por Ricardo Treviño | Redacción Nacional CONECTA - 08/03/2022

“Para mi la docencia es la generación de conocimiento en colaboración con mis estudiantes; ser un buen profesor es nunca perder la capacidad de aprender junto con ellos”.

Son las palabras de la Dra. Luz María Martínez, profesora destacada por más de 20 años en el Tec de Monterrey en Química y en Nanotecnología.

En dos ocasiones ha ganado el Premio al Profesor Inspirador, máximo galardón a la labor docente que otorga el Tec; cuenta con experiencia docente en la Arizona State University (ASU) y en Rice University, en Houston, Texas.

En el Tec es investigadora de la Escuela de Ingeniería y Ciencias y directora nacional del programa de Nanotecnología, en la que una de sus líneas de investigación es crear fármacos con mayor solubilidad.

 

La Dra. Luz María Martínez ha obtenido en 2 ocasiones el Premio Nacional al Profesor Inspirador.

 

Investigación para hacer fármacos más solubles

Una de las líneas de investigación de la profesora del Tec y sus estudiantes se centra en hacer fármacos con mayor solubilidad.

“La mayoría de los fármacos que se consumen actualmente no son completamente solubles, se quedan en nuestro organismo y pueden llegar a causar efectos secundarios.

“Esos fármacos, que tienen una estructura cristalina, con diferentes procesos puedes modificar su estructura y hacerlos mucho más solubles y mucho más eficientes”, explica.

La investigadora comparte con sus estudiantes conceptos básicos de la química para que puedan transformar esos fármacos y hacerlos más biodisponibles.

“Estamos colaborando con la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Tec y es bien interesante ver que tenemos este tipo de publicaciones en journals y con la participación de alumnos de pregrado”, comenta.

La Dra. Martínez también ha participado diseñando unidades de formación para los planes de estudio del Modelo Tec21, y ha sido una impulsora del desarrollo de las mujeres en la ciencia.

El Modelo Tec21 se basa en un aprendizaje basado en retos, en un ambiente flexible, con profesores inspiradores y con una vivencia estudiantil memorable.

“Una de las cosas importantes para mí es la formación de mujeres científicas, ingenieras o en el área STEM; motivarlas a tener una carrera que en un futuro les permita a ocupar un puesto de decisión”, señala.

STEM es el acrónimo en inglés para las disciplinas de ciencia (science), tecnología (technology), ingeniería (engineering) y matemáticas (mathematics).

 

"Una de las cosas importantes para mí es la formación de mujeres científicas, ingenieras o en el área STEM".

 

 

Estilo al formar investigadores la lleva a Rice University

Fueron sus alumnos del Tec, los que llevaron a la profesora a entrar en contacto con la Rice University, donde ella y su esposo llevan más de 10 años colaborando como docentes adjuntos.

“El primer contacto que tuve con Rice University fue en un congreso organizado por los alumnos, ahí conocí al Dr. Seiichi Matsuda, quien era director del Departamento de Química.

“Platicamos de los proyectos de investigación que teníamos en la carrera de Ciencias Químicas, cómo le damos a los alumnos una idea y ellos la desarrollan con un proyecto”, platica.

La profesora recuerda que ver que había alumnos de pregrado que participaban en las publicaciones científicas fue algo que sorprendió al Dr. Matsuda.

“Le llamó mucho la atención el involucramiento de alumnos de pregrado en proyectos de investigación de tal calidad y que podían ser publicables en journals internacionales.

“Por el esquema de investigación que teníamos mi esposo y yo, nos invitó a ser profesores adjuntos; esa relación se ha mantenido por la calidad del trabajo de nuestros estudiantes”, destacó.

 

La profesora investigadora del Tec dirige el programa de Ingeniería en Nanotecnología del Tec.

 

Su experiencia en la industria la lleva a la docencia

Después de graduarse del Tec, la profesora trabajó en Vitro, donde se enfocó en la caracterización química de materiales en la industria del vidrio.

“En Vitro me di cuenta de la aplicación de la química en el sentido de que no es la misma composición que tienes en un vaso, en el que vas a servir limonada, que en uno donde vas a servir café.

“Parte de mis proyectos ahí fue desarrollar una técnica analítica para medir el color en vidrio. Desarrollamos un método de implementación de color en vidrio, y de hecho, ganamos un concurso de innovación”, recuerda.

La profesora acudió a un congreso en el Tec, al que asistió un conferencista de la ASU, especialista en temas sobre el vidrio.

“Era un investigador muy famoso, Austen Angell, era una de las personas que más generación de conocimiento ha hecho en el área del vidrio. Platiqué con él y le gustó mi perfil de lo que hacíamos con vidrio industrial”, platica.

Con el Dr. Austen como su asesor, la profesora realizó un doctorado en Química en la ASU, donde tuvo su primera experiencia docente, al ser la profesora asistente de Angell, apoyándolo en clases teóricas y de laboratorio.

 

La Dra. Luz María Martínez ha obtenido en 2 ocasiones el Premio Nacional al Profesor Inspirador.

 

Hereda de sus padres pasión por las ciencias

La Dra. Martínez, originaria del pueblo San Buenaventura, Coahuila, recuerda que despertó su curiosidad por las ciencias al ver en su padre habilidades para solucionar problemas construyendo cosas él mismo.

“Mi papá solo hizo la primaria. A pesar de no tener una carrera universitaria, él tenía competencias que de las que hablamos ahora como critical thinking y resolución de problemas”, platica la profesora.

Fue así como desde su niñez la Dra. Luz María obtuvo la motivación por crear y diseñar cosas, junto con sus hermanos.

“Fueras niña o niño, mi papá siempre nos enseñó a construir cosas; en la casa no teníamos juguetes, pero siempre hubo herramientas. Sí veíamos en la tele una patineta, pues la construíamos, con madera y unos baleros”, comenta.

De su mamá, además de aprender a aprovechar lo mínimo que hubiera en casa para construir, obtuvo el gusto por ayudar a otras personas.

“En términos de formación personal, veía a mi mamá que siempre estaba pendiente de ayudar al prójimo. Mis papás me influenciaron para acercarme a las ciencias, (y me transmitieron) ese gusto por construir y esa parte de ayudar”, señala.

 

Su excelencia académica la hace llegar al Tec

Su gusto por las ciencias llevó a la Dra. Martínez a estudiar una preparatoria técnica, el CBTis 36, en Monclova, Coahuila, donde estudió Análisis Clínicos, y despertó un gusto por la química biológica.

“Tuve profesores con una enorme vocación, incluso desde la primaria y la secundaria. Y fue justamente en la preparatoria donde me gané una beca para estudiar en el Tecnológico de Monterrey.

“El Tec ubicaba preparatorias proveedoras y le daba una beca al mejor alumno de la generación; entonces, en mi caso obtuve esa beca por excelencia académica”, recuerda.

En la preparatoria se veía haciendo una carrera en Medicina; incluso, su gusto por la biología la llevó a ganar concursos, sin embargo, se decidió por estudiar Química.

Me di cuenta que podía hacer diseño de fármacos, de alguna manera se relacionaba con Medicina; creo que esa fue mi inclinación, cómo a través del diseño de materiales o de fármacos, pudiera tener aplicaciones al área médica”, platica.

 

Una línea de investigación de la profesora está enfocada en desarrollar fármacos más solubles.

 

Profesor de la carrera se convirtió en su guía profesional

Cuando estaba estudiando la carrera en Ciencias Químicas en el Tec campus Monterrey, la Dra. Luz María conoció a un profesor que la llevó a refrendar su gusto por la química.

“Conocí a un profesor que marcó mi vida profesional: el Dr. Javier Rivas Ramos, un profesor emérito del Tec. Con él aprendí sobre la aplicación de la química en todo concepto; hacía consultorías y de repente sus estudiantes le ayudábamos.

“Un caso que recuerdo fue el de una bodega de granos que se incendió y la compañía de seguros tenía qué calcular las pérdidas. Hicimos un simulacro de incendio y calculamos las cenizas; vimos cómo la Química estaba relacionada con lo que se tenía que pagar”, dice.

Con ese profesor hizo su tesis de licenciatura, y eventualmente él fue quien la orientó para obtener su primer trabajo en la industria.

“Admiraba mucho al Dr. Rivas por su forma de enseñar, muy parecida a lo que es ahora el Modelo Tec21; él nos enseñaba con situaciones y problemáticas reales”, comenta.

 

La profesora ha publicado artículos en revistas científicas en colaboración con estudiantes de pregrado.

 

Junto a su esposo vive la experiencia de la docencia

Mientras colaboraba como profesora asistente durante su doctorado en la ASU, la Dra. Martínez encontró su pasión por compartir su conocimiento y aprender junto con los estudiantes.

Al terminar, regresó al Tec para convertirse en docente de tiempo completo. Junto con su esposo el Dr. Marcelo Videa (quien también hizo un doctorado en ASU), empezaron a trabajar como profesores investigadores del Departamento de Química.

“Mi esposo también ha sido una pieza fundamental en mi formación, me enseñó muchas cosas durante el doctorado, fue como una especie de coasesor.

“El Dr. Rivas nos dijo: ‘Estamos buscando profesores del Tec'; así llegamos los dos juntos, cada quién con su línea de investigación, él en el área de energía y yo en fármacos”, comparte.

Pese a su pasión por formar jóvenes científicos, la directora nacional del programa de Ingeniería en Nanotecnología, señala que ha sido un reto cumplir su sueño como docente, investigadora y mamá.

“Me gusta tanto ser investigadora y profesora; a la vez, disfruto ser mamá y esposa; y ahora, agradecida con tener un puesto administrativo; tener que hacer tantas cosas y dividir tu tiempo ha sido un desafío”, finaliza.

 

 

 

 

 

 

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