Montse siente un sinfín de emociones dentro del campamento. Correr, cantar, pintar o innovar y bailar son actividades que realiza dentro del Tec Camp desarrollando al máximo sus habilidades.
Por Andrea González - 28/06/2018

Andrea González | Campus Saltillo 

La energía se siente con la llegada de cada niño. Gritos, risas y ánimo es lo que desprende cada grupo del campamento. Todos corren y saltan sin parar siendo apenas las ocho y media de la mañana.

En su pequeño rostro irradia una sonrisa monumental al tiempo de demostrar su emoción por volver a vivir un día más dentro del Tec Camp. Con tan solo cuatro años de edad, Montse camina con una gran determinación hacia su líder de grupo y a su vez sostiene fuertemente la mano de su hermano menor Pedro para sentirse protegida.

Montse con su líder de grupo

Montse se despide de su hermano con un beso y un fuerte abrazo y le aconseja tener un excelente comportamiento en el área que le corresponde para ser felicitado. Pedro da media vuelta pero Montse lo detiene para decirle que vaya con su mamá antes de ir a fútbol.

Montse corre por la cancha de basquet para situarse enfrente del profesor preguntándose qué es lo que le espera en esta mañana llena de sol. Montse corre de un lado a otro y realiza cada actividad al máximo hasta que necesita refrescar su garganta. Toma un largo trago de agua de su termo hasta quedar satisfecha. Se siente agotada pero eso no le preocupa por que sabe que el descanso del recreo le aguarda.

Una fila inmensa para pedir la comida esta frente a ella. Sin saber que hacer, pregunta a alguien mayor para que le responda sus dudas. Montse está feliz y segura para incorporarse a la fila y esperar. Cada mordida refleja satisfacción y el sabor de su comida.

Entra por la misma puerta del día anterior y se asegura que detrás del piano aguarda su profesor de canto Alan. Una sonrisa se dibuja en su rostro al verlo y acto seguido corre a un asiento frente a él prestando la mayor atención posible. Su timidez complementa su personalidad dandole el valor para pasar al frente y cantar una canción.

Montse atenta a su clase

Manos moviéndose y dirigiendo la mirada a todas partes menos al frente. Emite un sonido armónico con su boca dejando boquiabiertos a los espectadores, pero sobre todo a su maestro

La diversión continua en manualidades cuando se entera de que crearía slime, una sustancia líquida pegajosa, por lo que esto hace que sus ojos comiencen a brillar. Dispuesta a mancharse las manos y siguiendo al pie de la letra la receta consigue hacer un slime con una consistencia perfecta para jugar y llevarlo con ella a casa.

Montse en clase de manualidades

La gimnasia y el baile fue la combinación perfecta para finalizar su día. Vueltas de carro, split y bailes coreográficos son lo que la hace totalmente feliz.

Montse en clase de baile

Apunto de terminar su clase Montse se alista y se dirige a la oficina de su mamá Montserrat quien es colaboradora en el Tecnológico de Monterrey en Saltillo.

Da un salto gigante quedando rodeada por los brazos de su madre quien le pregunta “¿Cómo te fue en el Tec Camp?” a lo que ella con una sonrisa y una mirada inocente le responde, "muy bien mami".

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