Un grupo de estudiantes miembros de la Compañía de Danza del Tecnológico de Monterrey campus Puebla obtuvieron el segundo lugar en la edición 2025 de VibrArt, celebrada en Querétaro. El equipo de Puebla participó con una propuesta de danza folclórica, la cual representaba al estado de Nayarit.
El equipo, conformado por Danna Mosqueda, Lucía Reyna, Abraham Ortiz y Rafael Montesinos, compitió en la categoría Tec Talent.
El diseño de la coreografía incluyó una historia de amor entre parejas, con elementos teatrales y recursos técnicos como entradas y salidas marcadas, así como la integración de símbolos del folclore nayarita.
VibrArt es el festival nacional de arte y cultura del Tec de Monterrey, que se realiza anualmente en distintas sedes. Reúne disciplinas como teatro, música, danza, cine y artes visuales, con el objetivo de impulsar el talento artístico entre la comunidad estudiantil.
“Muchos de nosotros comenzamos en la danza desde jóvenes. Esta experiencia fue un cierre simbólico de nuestra etapa universitaria y una forma de dejar huella en el festival”, comenta Danna Mosqueda.

Preparación contrarreloj
El grupo fue seleccionado tras pasar la etapa local y regional, fueron seleccionados 10 equipos finalistas que viajaron a Querétaro. “Esa parte del proceso fue la más complicada, incluso perdí la fé en algún punto. A pesar de ello, sabía que teníamos que intentarlo", dijo Danna.
La coreografía fue montada en aproximadamente 2 semanas, con sesiones de ensayo que se llevaron a cabo fuera de horario escolar, incluyendo jornadas nocturnas y fines de semana.
“Desde el semestre pasado comenzamos a planear la participación a distancia”, explicó Danna. “Tuvimos que organizarnos por videollamadas para definir el concepto, la música y el guión escénico”.
La propuesta se basó en bailes tradicionales de Nayarit, incorporando elementos típicos como machetes y botellas utilizadas como parte de la coreografía.
Trabajo autónomo
La coreografía, edición musical, guión escénico y ensayos fueron organizados y ejecutados sin intervención directa de profesores o entrenadores.
Aunque solicitaron retroalimentación a compañeros y conocidos para mejorar la propuesta, todo el montaje fue responsabilidad del equipo. “Tuvimos que actuar, planear iluminación, cuidar el vestuario y coordinar los tiempos de la presentación”, señaló Lucía Reyna.
Los estudiantes también editaron la pista musical para ajustarse al límite de tiempo de 4 minutos establecido por la convocatoria.
“Muchos de nosotros comenzamos en la danza desde jóvenes. Esta experiencia fue un cierre simbólico de nuestra etapa universitaria y una forma de dejar huella en el festival”.- Danna Mosqueda
Retos logísticos en la sede
El equipo reportó algunos retos logísticos al llegar a la sede del festival. Debido a compromisos académicos, llegaron un día después del inicio de actividades, lo cual limitó su participación en los ensayos generales.
A pesar de las dificultades, los estudiantes gestionaron soluciones por su cuenta, buscando apoyo entre otros participantes. Alumnos del campus Querétaro los asistieron en temas técnicos para su montaje.
“Fue un trabajo en equipo, nos apoyamos en estudiantes del campus Querétaro para resolver los pendientes de último momento y nos ayudaron con todo el corazón", indicó Lucía.

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