En busca de sensibilizar a los estudiantes del Tec sobre las realidades de la comunidad rarámuri y la riqueza cultural y natural de la Sierra Tarahumara, se creó la iniciativa Nírata.
Liliana Ochoa, coordinadora del proyecto, compartió detalles sobre sus inicios.
"Queríamos que los alumnos se sumergieran en la Sierra Tarahumara y conocieran sus paisajes, pero también que comprendieran las necesidades de las comunidades rarámuri. La idea era sensibilizarlos y fomentar un liderazgo con sentido humano", comentó Liliana Ochoa.
Nírata nació a partir de la iniciativa del director del campus Chihuahua, Armando Bahena, quien gestó la idea de crear un proyecto de verano en la Sierra Tarahumara que también sirviera como un mecanismo para que los alumnos pudieran realizar su servicio social.
Impacto en la comunidad rarámuri
Uno de los objetivos de Nírata es sensibilizar a los estudiantes sobre las realidades de las comunidades rarámuri.
Viridiana Rodríguez, coordinadora del departamento de servicio social en el campus Chihuahua, mencionó: "Queríamos que los estudiantes conocieran de cerca los usos y costumbres de las comunidades, y que esto se tradujera en un impacto positivo tanto para ellos como para la región".
La participación de los estudiantes en proyectos de servicio social les permitió adquirir conocimientos y generar un impacto en las comunidades.
"El hecho de convivir con las comunidades y aprender directamente de ellas fue una experiencia sumamente enriquecedora", afirmó Liliana Ochoa.
Durante el programa, los estudiantes llevaron a cabo varios proyectos en la Sierra Tarahumara.
Implementaron huertos familiares en Sisoguichi, ayudaron en la gestión de datos para la Clínica Santa Teresita, y colaboraron con el Centro de Desarrollo Alternativo Indígena (CEDAIN) en la elaboración de artesanías intercambiables por alimentos.
También participaron en el desarrollo comunitario mediante la capacitación de habilidades para la vida y el apoyo en centros educativos locales.
Desafíos y aprendizajes en la Sierra Tarahumara
Organizar y ejecutar Nírata presentó varios desafíos, especialmente la coordinación de actividades entre las comunidades de Sisoguichi y Creel debido a la distancia y las condiciones del terreno.
A pesar de estos obstáculos, el equipo logró superar las dificultades mediante una planificación constante y la capacidad de adaptarse a situaciones imprevistas.
"En esta edición ya hemos mapeado mejor estas cuestiones y aunque hubo desafíos, logramos sacar adelante todo lo que teníamos planeado", señaló Liliana Ochoa.
"Aprendimos mucho de esta experiencia y ya estamos mejor preparados para la siguiente edición", continuó Liliana.
"El hecho de convivir con las comunidades y aprender directamente de ellas fue una experiencia sumamente enriquecedora".- Liliana Ochoa.
Estudiantes como agentes de cambio
El impacto en los estudiantes fue notable, algunos experimentaron un cambio en su percepción sobre la vida en las comunidades rarámuri.
Viridiana Rodríguez relató una experiencia en la que un estudiante, al integrarse en la comunidad, detectó una necesidad en la Clínica Santa Teresita: "El estudiante desarrolló una aplicación para manejar datos y capacitó a los colaboradores de la clínica".
Este tipo de iniciativas fomenta habilidades como empatía y proactividad en los estudiantes durante el proyecto.
"Lo que más destacó fue la proactividad de los estudiantes; ellos no solo siguieron las instrucciones, sino que se involucraron profundamente en cada proyecto, buscando siempre aportar más", agregó Viridiana.
Colaboración interdisciplinaria para un impacto social
El éxito de Nírata se basa en la colaboración entre diferentes áreas del Tec y organizaciones locales.
Liliana Ochoa destacó la importancia de esta colaboración: "El proyecto fue una verdadera colaboración interdisciplinaria. Desde la seguridad hasta la comunicación, cada área jugó un papel clave para que Nírata fuera una realidad".
El apoyo de organizaciones locales como Pro Tarahumara, la Clínica Santa Teresita y CEDAIN facilitó la integración de los estudiantes en las comunidades.
"Las organizaciones locales fueron fundamentales para que el proyecto se llevará a cabo. Sin su conocimiento y apoyo, no hubiera sido posible alcanzar el impacto social que deseábamos", enfatizó Liliana.
Próximos pasos para el proyecto Nírata
Después de la primera edición, los organizadores están planeando la segunda edición de Nírata en la Sierra Tarahumara.
"Queremos seguir mejorando y aprendiendo de esta experiencia. Estamos considerando ajustes en la elección de socios y actividades para hacer la próxima edición aún más enriquecedora para los estudiantes", concluyó Liliana Ochoa.
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