Alumnas de campus Monterrey realizan proyecto social en la comunidad neolonesa y resultan ganadoras de Sfera Experience
Por Luis Mario García | CAMPUS MONTERREY - 02/08/2021

Recorrer hasta 10 kilómetros para llegar a la escuela, no tener el material adecuado o niños de diferente grado en la misma clase son algunas de las problemáticas que enfrenta el municipio de General Terán, en Nuevo León.

Ante esta problemática, un grupo de cuatro alumnas del campus Monterrey decidió realizar un diagnóstico para mejorar la situación y brindar a niños y maestros de dicha comunidad rural mejores oportunidades de educación.

Claudia Alarcón López, Paola Guadalupe Arjona Garza, Belia María Báez Molina y Keila Zurisadai Contreras Santos realizaron este proyecto llamado Vía Ajal, el cual fue ganador de la primera edición de Sfera Experience, evento que promueve iniciativas sociales entre estudiantes pertenecientes a universidades iberoamericanas.

 

Servicio Social Vía Ajal, General Terán, Sfera Experience


“Cada una de las que formamos parte del equipo estamos especializadas en diferentes temas relacionados a la niñez.

“Queríamos que nuestro proyecto reflejara todas las vertientes posibles con las que habíamos estado trabajando desde mucho tiempo atrás”, enfatizó Keila Contreras, de la carrera Ingeniería en Biotecnología.

Organizado por la fundación Universidad Camilo José Ceja, participaron jóvenes de diferentes países y ellas ganaron una beca para la Maestría en Emprendimiento con Impacto Social.

 

Conociendo a la comunidad

Para desarrollar el proyecto, Claudia y Paola viajaron a Terán para conocer a fondo la situación y así poder generar el diagnóstico.

Ahí conocieron a profesores, padres y alumnos de la Escuela Primaria Josefa Ortiz de Domínguez, en la comunidad de Las Tórtolas de dicho municipio.

Ahí encontraron que los niños tienen que trasladarse a grandes distancias hacia la escuela, llevan clases juntos de diferentes edades y los profesores no tienen el material adecuado para impartir clases a diferentes grados de forma simultánea.

“Queríamos que nuestro proyecto reflejara todas las vertientes posibles con las que habíamos estado trabajando desde mucho tiempo atrás” - Keyla Contreras

Con la pandemia del COVID-19 incrementó la dificultad de poder tener una educación efectiva.

“Solo cuando escuchas la narrativa de cada actor de la problemática en realidad ves qué situaciones son prioritarias y cuáles pueden ser secundarias”, mencionó Claudia Alarcón, quien estudió Ingeniería en Nanotecnología y Ciencias Químicas.

Con los testimonios y la investigación previa el equipó generó ocho recomendaciones para mejorar la situación:

  1. Diálogo para realizar material educativo y evaluaciones adaptadas al multigrado entre la SEP y maestros.
  2. Implementar programa de capacitación para alumnos destacados con becas como incentivo para brindar mentorías a los compañeros.
  3. Aprovechar iniciativas TICs, como Tablet Aprendo, para conectar con material educativo innovador en línea.
  4. Fomentar alianzas con universidades de la región para llevar jóvenes estudiantes como modelos positivos a la región mediante proyectos sociales con valor curricular.
  5. Brindar apoyo para que haya emprendimientos de Pequeñas y medianas empresas (PyMEs).
  6. Implementar mentoría de adultos mayores para ejercer disciplina de manera positiva.
  7. Implementar comedores en todas las escuelas rurales (ya son existentes en otras escuelas públicas del país).
  8. Diversificar fuentes de trabajo y brindar talleres para padres de familia sobre masculinidades positivas y feminismos para fomentar salud mental y emocional en los padres/tutores.

El grupo pudo así apoyar a esta comunidad, y así poder replicar esta metodología en otras zonas de México.

“Lo que distinguió a este equipo es ser multidisciplinario, como cada una es buena en diferentes cosas hizo que el proyecto estuviera muy completo, añadiendo que nos apasiona lo que hacemos, reflejamos ese amor y es por eso que pudimos dar buenos resultados”, manifestó Paola, recién egresada de Contaduría Pública y Finanzas.

 

Ganan beca

Vía Ajal se generó para participar dentro de Sfera 2021, cuya presentación final y premiación se llevó a cabo en España el pasado 9 de julio.

Paola Alejandra y Arturo Temoltzi, Especialista de Vivencia Social en el campus Monterrey, fueron quienes asistieron al país ibérico a representar al equipo.

 

Paola Arjona y Arturo Temoltzi, premiación Sfera Experience 2021 en España

 

Desde marzo de este año han trabajado en el proyecto, y utilizado la plataforma tecnológica creada por la Fundación UCJC para la interacción entre los equipos.

En el concurso participaron universidades de México, Nicaragua, Guatemala, Ecuador, Uruguay, Portugal, Panamá, Honduras y España con propuestas de transformación social en favor de comunidades locales.

Ellas ganaron la beca para estudiar en España la maestría en Emprendimiento con Impacto Social, la cual imparte la Universidad Camilo José Ceja.

Dicho posgrado les permitirá profesionalizar más su vocación social, coincidieron las alumnas. 

 

Alumnas servicio social Via Ajal, en General Terán, ganador del Sfera Experience

 

“Poder conciliar y profesionalizar esta rama de mi vida en un emprendimiento ya bien formado, establecido legalmente de una manera ya estratégica es lo que espero de esta maestría.

“Se nos está dando esta oportunidad de llevarlo a una realidad. Eso es lo que me emociona, más porque voy a hacerlo con gente que conocí en el camino”, manifestó Claudia Alarcón.

 

Con perfil social

Fue la dirección de Servicio Social la que dio a conocer la convocatoria a estudiantes con perfiles afines, y ellas fueron las que más se interesaron y podían generar impacto social.

“Poder conciliar y profesionalizar esta rama de mi vida en un emprendimiento ya bien formado, establecido legalmente de una manera ya estratégica es lo que espero de esta maestría." - Claudia Alarcón

Estar egresadas en el semestre junio 2021, era requisito para poder participar, y ellas ya tenían proyectos afines con niños de 6 a 11 años en sus áreas de especialidad, y vieron el reto como una oportunidad más de generar desarrollo social

No importa en qué área profesional estés, puedes aportar a la comunidad y demostrar que la ingeniería y las humanidades no están peleadas, que puedes trabajar desde un entorno para ayudar al otro”, comentó Belia Báez, estudiante de Sistemas Digitales y Robótica.

También les permitió conocerse y en conjunto desarrollar un proyecto que puede servir a más comunidades.

“No solamente pudimos validar algo que ya teníamos, sino que realmente era una necesidad y era justo eso lo que expresaron y que después se validó con lo que ya teníamos.

“Creo que más allá de haber ganado un reconocimiento estamos llevando a cabo con éxito el papel de escuchar como innovadora social”, apuntó Keila.

 

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