Estudiantes del Tec de Monterrey en Cuernavaca colaboran con Animal Karma en el desarrollo de prototipos de tres herramientas disuasivas para la preservación de jaguares en el estado de Quintana Roo.
El grupo se conforma por 18 estudiantes de sexto hasta noveno semestre de ingeniería en mecatrónica.
Ellos llevaron a cabo el proyecto como parte de la materia de Microcontroladores, liderado por Atoany Nazareth Fierro, profesor de la Escuela de Ingeniería y Ciencias.
Este tipo de retos se lleva a cabo gracias a los proyectos con problemáticas sociales y reales que ha implementado el Tecnológico de Monterrey para planes Tec20 y posteriores.
La fundación Animal Karma está dedicada al cuidado de los ecosistemas mediante el uso de tecnologías disruptivas para analizar el comportamiento de la flora y fauna, correlacionar su información y tomar decisiones con base en ella.
“El escenario al que mis alumnos fueron expuestos es muy similar a lo que se enfrentarán cuando terminen sus estudios”, comenta Atoany Nazareth, profesor líder del proyecto.
El reto de los estudiantes
El reto forma parte de la consultoría que desarrolla Animal Karma A.C. para el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que busca implementar cercos eléctricos solares y técnicas disuasivas en la Selva Maya Mexicana.
Actuando como medida para evitar la depredación del jaguar en ranchos ganaderos ya que se pierden hasta $125 mil en ataques de depredadores en Quintana Roo, buscando así la convivencia territorial.
Inició entonces un periodo de investigación, donde los y las estudiantes se dieron a la tarea de conocer la tecnología actual aplicada para resolver retos similares en otras partes del mundo.
Diseñaron una propuesta que cumpliera con los requerimientos solicitados, pasando por ciclos de retroalimentación.
"Me siento orgulloso de saber que estamos formando ingenieros no solamente preparados técnicamente, también con un sentido humano”.- Atoany Nazareth.
Una vez completo el diseño se construyó un prototipo que asegurara su funcionamiento en campo.
Los estudiantes además de hacer uso de la electrónica, utilizaron también la ciencia detrás de los patrones de conducta de grandes felinos.
“El mayor reto al que nos enfrentamos fue entender la ciencia de conducta de los felinos y poder integrar todo en un dispositivo pequeño y funcional.
"Se me hizo muy agradable el buscar resolver una problemática que realmente está sucediendo al día de hoy”, compartió Roberto Abarca estudiante miembro del proyecto
Función del prototipo
Se colocó el prototipo al rededor de un corral y mediante un sensor infrarrojo pasivo se detecta si algún animal se acerca al corral.
Una vez que se ha detectado la aproximación de un animal se enciende una alarma auditiva para ahuyentarlo a frecuencias no agradables para los felinos.
Se tomó en cuenta generar patrones aleatorios evitando así que los jaguares se acostumbren a un patrón definido.
Cuando se detecta que es de noche, la alarma cambia a luz de estrobo (destellos breves de rápida sucesión) evitando así ruidos molestos para las personas aledañas.
Implementación en el campo
En la fase actual en la que se encuentran los prototipos son viables en un 90%, gracias a que son pequeños, de bajo costo energético y monetario.
Otra de las principales características es su fácil funcionamiento y su resistencia robusta a condiciones ambientales como calor y temperatura.
Los prototipos son completamente inalámbricos, generando que la instalación sea sencilla y que no requieran de una conexión eléctrica.
Actualmente cuentan con una alimentación de 12V mediante una batería recargable.
Una vez que se implemente una fuente de voltaje fotovoltaica, los prototipos serán 100% viables para su uso en el campo.
“Me siento satisfecho de que mis alumnos hayan alcanzado un nuevo nivel de madurez como estudiantes de ingeniería”, finaliza Atoany Nazareth, profesor líder del proyecto.
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